sábado, 21 de mayo de 2011

Las posibilidades de supervivencia tras una parada cardiorrespiratoria aumentan en un 70% si se actúa antes de que lleguen los equipos de emergencias.

Las posibilidades de supervivencia tras una parada cardiorrespiratoria aumentan en un 70% si se actúa antes de que lleguen los equipos de emergencias.


- Las estadísticas que barajan los profesionales indican que en España se producen más de 24.500 paradas cardiorrespiratorias extrahospitalarias al año y de éstas los que sobreviven no llegan al 5%. Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) apuntan que iniciar una reanimación básica durante los cuatro primeros minutos, antes de que llegue el personal especializado, eleva las posibilidades de supervivencia en un 70%. Esta sociedad científica también recuerda que más del 80% de las muertes por parada cardiaca y/o respiratoria se producen en el ámbito extrahospitalario. De hecho, los expertos indican que sólo una de cada veinte personas que sufre una parada cardíaca repentina extrahospitalaria sobrevive. Conscientes de estos hechos, desde la SEMG se ha organizado un curso precongresual dedicado a cómo resolver situaciones críticas ante las urgencias y se dedican otras sesiones en el programa científico del XVIII Congreso Nacional y XII Internacional de Medicina General y de Familia que inauguraron el pasado miercoles en Vigo


Vigo, mayo del 2011.- Los manuales de reanimación cardiopulmonar aseguran que un óptimo funcionamiento de la “cadena de socorro o supervivencia” contempla el inicio de las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) durante los cuatro primeros minutos tras la parada cardiorrespiratoria, que suele producirse, en el 80% de los casos, fuera del entorno hospitalario. Para que esto sea posible es imprescindible, según la doctora Marta Martínez del Valle, una de las responsables del Grupo de Urgencias de la SEMG, un soporte vital básico inmediato, es decir, que la persona que presencia el incidente actúe antes de que de lleguen los servicios de emergencias. Las medidas iniciales de RCP sustituyen, de forma precaria, a las funciones vitales y permiten ganar minutos hasta que lleguen los servicios de emergencias y apliquen al paciente el tratamiento definitivo, asegura la doctora.

Martínez del Valle también advierte que en estos casos la premura con la que se interviene juega a favor del paciente ya que la probabilidad de que éste siga con vida se reduce a un 10% sucesivamente cada minuto que pasa sin realizar compresiones torácicas. El riesgo de secuelas y lesiones cerebrales también aumenta un 10% cada minuto transcurrido tras el episodio pudiendo provocar daños cerebrales irreversibles.

Por su parte, la doctora, Mónica López Fonticiella, también del Grupo de Urgencias de la SEMG, afirma que el 20% de las personas que sufren una parada cardiaca sobreviven sin secuelas si se les realiza una reanimación básica de forma precoz y sin esperar al personal especializado. En la actualidad, menos de un 5% lo logra ya que “menos del 10% de la población sabría cómo actuar ante una situación de éste tipo, y ese porcentaje incluye al personal sanitario”, concluye la facultativa.

La doctora Martínez del Valle afirma que, como profesionales de la sanidad, es necesario insistir en aumentar el número de personas preparadas para actuar ante una situación de este tipo. “Un estudio reciente realizado por el Consejo Español de RCP, al cual pertenece la SEMG, indica que casi la mitad de la población española mayor de 18 años desconoce en qué consiste una parada cardíaca y un 71,4% reconoce que no sabría cómo actuar si presenciara una parada cardiorrespiratoria. Del estudio también se desprende que el 84% de la población afirma no conocer en qué consiste la “cadena de supervivencia”, comenta esta experta.

Con motivo de la celebración de su congreso anual en Vigo, la SEMG ha organizado también un taller de Reanimación Cardiopulmonar en el que se darán a conocer, además, los nuevos protocolos y recomendaciones recogidas en las Guías publicadas por el Comité de Unificación Internacional de Resucitación (ILCOR).

Las responsables de este taller, las doctoras López Fonticiella y Martínez del Valle, recuerdan que es imprescindible concienciar a los profesionales de la Atención Primaria que su actuación puede salvar vidas. Así pues, el objetivo principal de la actividad, que será eminentemente práctica, es el de dotar a los médicos generales y de familia de los conocimientos y las habilidades necesarias para que puedan ofrecer una óptima y precoz asistencia a las víctimas de una parada cardiorrespiratoria y sepan actuar en situaciones de riesgo vital en el ámbito del primer nivel asistencial.

Nuevos protocolos de RCP desde octubre de 2010
El taller de la SEMG también ofrecerá información sobre los nuevos protocolos y recomendaciones recogidos en las nuevas Guías para la Resucitación Cardiopulmonar del Consejo Europeo de Resucitación (ERC) publicadas en octubre de 2010. El documento recoge las conclusiones y recomendaciones elaboradas en la Conferencia Internacional del Consenso celebrada, en febrero de ese mismo año, por el Comité de Unificación Internacional en Resucitación (ILCOR).

Entre las modificaciones más destacadas se encuentran, por ejemplo, el cambio del orden del ABC (Airway-Breathin-Chest compression en nuestro idioma: Vía aérea-Respiración-Compresión torácica) por CAB, (Chest compression-Airway-Breathin -Compresión torácica-Vía aérea-Respiración); el hecho de que ya no son aproximadamente 100 compresiones por minuto, sino que deben hacerse, al menos, 100 compresiones por minuto; y la profundidad de la compresión: si ésta antes era de entre 4 y 5 cm, ahora la profundidad de la compresión debe ser, como mínimo, de 5 cm permitiendo una total expansión de la caja torácica después de cada compresión, explican las facultativas.

Durante el taller las doctoras también efectuarán un recordatorio del protocolo de actuación y manejo del desfibrilador externo semiautomático (DESA) ya que este dispositivo técnico es, como explican los expertos, un seguro de vida y ha acercado a la comunidad un tratamiento que antes era muy especializado.

Según el ERC y la AHA (American Heart Association), se logran mejores resultados cuando es posible usar un desfibrilador antes de 90 segundos o, al menos, antes de 6 minutos tras una parada cardiorrespiratoria; por ese motivo es necesario que, además de los médicos, el personal de emergencias disponga de esos aparatos y estén, además, formados en su uso.

Igualmente, Marta Martínez del Valle insiste, también, en la idoneidad de la instalación de desfibriladores en determinadas zonas públicas en las que se concentra mucha gente como aeropuertos, estaciones de tren y autobús, estadios de fútbol, grandes superficies comerciales… y en ofrecer al mayor número de personas posible formación en su manejo. “La inmediatez en el acceso a la desfibrilación incrementaría la eficacia de las medidas de resucitación cardiopulmonar, permitiría aumentar la supervivencia de los pacientes y contribuiría a salvar vidas”, asegura la representante de la SEMG en el Consejo Español de RCP.


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