sábado, 21 de mayo de 2011

«La medicina sin ética se convierte en un funcionariado y una burocracia»

Santiago Dexeus. Ginecólogo de la clínica Tres Torres de Barcelona. Considera fundamental el trato directo del médico con el paciente «porque nuestra profesión es un acto de amor hacia los demás»

 

El eminente ginecólogo Santiago Dexeus (Barcelona, 1937) destacó ayer, en una conferencia en el Palacio Insausti de Azkoitia, la importancia de la relación personal del médico con el paciente ante un sistema asistencial que valora más los aspectos funcionales y burocráticos. Subrayó la necesidad de esa mirada cómplice del profesional de la medicina, e incluso la del apretón de manos, la caricia o el abrazo que debe regir en los tratamientos con personas con problemas de salud. Dexeus hizo estas reflexiones dentro del ciclo 'Es posible' que organiza la Escuela de Valores de Azkoitia y que defiende la posibilidad de compatibilizar progreso con valores y que ayer presentó José María Urkia, médico y profesor de la UPV/EHU.
- ¿La medicina es una vocación, algo que llevas dentro?
- Cuando eres joven no tienes tan clara tu vocación. Ésta puede venir por un deslumbramiento, porque has leído a escritores -los vascos tenéis a Baroja-, por los medios de comunicación, por los descubrimientos que se hacen o su utilidad para curar determinadas enfermedades. También influyen la figura de un familiar -en mi caso mi padre, que ejerció la medicina- y luego el llegar a una buena facultad universitaria y el tener a unos profesores con carisma. Con todo, la vocación llega con el contacto directo con los pacientes.
- ¿Cómo ve el sistema sanitario actual?
- No muy bien. Ha surgido la Sanidad, que simplifica todo en resultados y en ganancia económica de una profesión. Si el médico no cumple unos baremos no es reconocido y aquí llegan las decepciones. Por otro lado, hay unos recortes económicos muy importantes. En resumen, el médico no debería estar mirando al reloj, sino a la persona que tiene delante en su consulta. La medicina es un acto de amor.
- Siempre el componente ético como algo necesario en su profesión.
- Sin duda. Vuelvo a mi padre, un hombre preocupado por el estudio diario de la medicina, dedicado al trabajo y toda esa labor hecha desde la humildad. Ahora se obliga a muchos médicos a ser funcionarios que cumplen con un horario y que tienen que asistir a entre 10 y 12 enfermos en una hora. A veces nos encontramos ante el profesional que se limita a mirar a un ordenador -el paciente está al otro lado pero parece invisible- que 'clica' la receta adecuada y le dirige hacia el vestíbulo del ambulatorio. La burocracia y la tecnocracia se imponen a la humanidad.
- Y usted siempre ligado al campo de la mujer. La ginecología, la obstetricia y la reproducción asistida. ¿Por qué?
- Ahí está la huella de mi padre, que fundó la institución Dexeus para este tipo de especialidad médica. Yo ahora tengo una consulta en la clínica Tres Torres de Barcelona, en la que trabajamos 30 personas, entre ellos dos hijos míos.
- La importancia de la relación directa del médico con el enfermo no es algo nuevo, sino que siempre ha estado presente.
- Lo decía Sócrates en el IV año antes de Cristo, lo apostillaba Paracelso en el siglo XVI . Y ya en 1927 Rilke, lo mismo que actualmente Gabriel García Márquez, hablan de la importancia de que la mujer se mueva dentro de la asistencia médica en un sistema más igualatorio. Me parece absolutamente necesario que la mujer se incorpore a la sociedad manteniendo sus propios valores, sin copiar a los que aporta el hombre, lo que significaría castrar su personalidad.
-¿Qué le parece que la mujer retrase su maternidad?
- Si se trata de un problema de esterilidad sería mejor realizar una consulta a los 30 que a los 38 años, que le diera un diagnóstico. Si es una persona 'sana' esperar hasta los 36 o 38 años supone un problema, porque los ovocitos pierden en la capacidad de engendrar. Pero las razones de este retraso en la maternidad responden también a cuestiones socioeconómicas.
- La reproducción asistida genera problemas, como esos embarazos múltiples de dos, tres, cuatro o cinco hijos.
- Pero se ha mejorado y perfeccionado. Ahora tratamos de introducir el llamado ovocito líder, uno sólo, por los tres o cuatro que luego pueden engendrar, cada uno, a una criatura. Estamos más cerca del parto de un ser que del múltiple, pero todavía queda camino por recorrer. El tema de la reproducción asistida constituye la segunda causa de preocupación en las mujeres, después del cáncer de mama. Hay una gran ilusión cuando se produce el embarazo pero una profunda decepción si llega un aborto. En esos casos la mujer y su pareja necesitan de una mano médica amiga que les ayude, y ésto no siempre sucede.
-¿Qué avance médico en la ginecología está por descubrir?
-No me gusta jugar a adivino. De la época del descubrimiento del microbio que causaba las infecciones, pasamos a una era bioquímica que nos dió mucha intuición. Ahora nos movemos en la medicina molecular. Estamos estudiando lo más profundo del ser humano, nuestra célula y de ahí surgirán horizontes ahora inesperados.
- Los avances médicos son incuestionables pero ahora nos enfrentamos con el problema del envejecimiento de la población.
- Me produce una enorme tristeza, porque algunos de esos logros se transforman en personas abandonadas en residencias o con una mala asistencia en su propia casa. Todo esto es a veces comprensible, pero como médico te viene la pregunta: ¿vale la pena vivir así? Si no hay una mano amorosa que acariciar, por falta de tiempo o por razones objetivas que se den, a lo mejor sería mejor para la persona morir.
 
 __________________________________________________________________________
www.diariovasco.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario